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viernes, octubre 04, 2013

La resurrección de El Cid

Imagen de Aplausos
La segunda de la feria de Otoño de Madrid tuvo un nombre propio: Manuel Jesús "El Cid". Hoy dejó claro que todavía conserva ese temple, ese gusto, ese concepto clásico... Esa mano izquierda. Todo empezó con un pique de quites entre el mencionado diestro e Iván Fandiño, que acabó en unos delantales muy templados del sevillano, unas gaoneras del vasco y verónicas menos llamativas del de Salteras. La posterior faena de dos orejas de ley quedó en una ovación cerrada y unánime, pero eso es lo de menos, lo importante fueron las sensaciones que dejó entre el público. El tercio de muleta fue corto a la par que intenso. Un encajado Cid llegó a los tendidos como nunca había hecho en Las Ventas gracias al temple y al gusto con que desarrolló la faena, aunque la espada le privó de los dos trofeos. La de siempre. El toro tuvo empuje, transmisión, alegría y clase, siendo ésta última de la que más careció. El público demandó la vuelta al ruedo pero el presidente no la concedió, seguramente, pensando en el deslucido tercio de varas, en el que el matador no colocó bien al toro y el animal no empujó con los riñones.

El primero de El Cid, segundo de la tarde por la alternativa de Ritter, se movió de un lado para otro sin transmitir nada, al igual que el propio matador. Muchos pensamos que estaba definitivamente acabado, pero el destino nos deparó una grata sorpresa.

A Iván Fandiño se le sigue resistiendo la Puerta Grande del coso venteño a pesar de que hoy la plaza le recibió con un agradecimiento por su gesto de matar los "adolfos" el domingo en forma de ovación que el diestro recogió en el tercio y a la que invitó a sus dos compañeros. Su primero, el tercero de la tarde, fue un ejemplar de Victoriano encastado que se entregó por el derecho pero fue vasto por el izquierdo. Oreja cuestionada al mando, a la verdad, al acople de Iván Fandiño. Muy en su línea.

El quinto duró una tanda en la que apenas humilló y se rajó, mostrando una sosería que no dio opción al espada de Orduña. Lo intentó a media distancia y acabó realizando una faena de cercanías que no tuvo más historia.

Descafeinado paso por Madrid de Sebastian Ritter, quien recordará el día de su alternativa por la ausencia de oponente. Tuvo buen son el toro de la alternativa, pero escasearon fuerza y casta. Alargó el matador colombiano tras una faena de muleta retrasada que provocó que el toro se fuese con el torero en varias ocasiones. Cerró plaza uno de los peores junto al quinto y, aunque éste apretó en varas,
llegó vacío a la muleta. Para olvidar.

Corrida variada en cuanto a juego y presentación de Victoriano del Río: descastados y sin fuerza los dos primeros, encastados y con transmisión tercero y cuarto y más parecida a la primera la última pareja de toros. Tuvieron feas hechuras tercero y sexto, y gran cornamenta cuarto y quinto.