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martes, julio 08, 2014

Falló Dolores

Isabel Lipperheide, sucesora de Dolores, en los tendidos de Pamplona
La ganadería Dolores Aguirre, de la mano de su actual dueña Isabel Lipperheide, no cumplió con las expectativas generadas para su corrida en Pamplona. La bravura y poder otros años demostrados por los toros de la Doña se resumieron hoy en un quinto exigente y un sexto tapado. La presentación de los astados bajó un punto salvo en el impecable quinto, de estampa bonita a la par que imponente, cinqueño en todos sus aspectos.

Si de la ganadería tenemos la certeza de que seguirá ofreciendo corridas épicas y para la historia, quien dejó más dudas fue José Ignacio Uceda Leal. El madrileño sumó aproximadamente cinco minutos en las faenas de muleta de ambos primer y cuarto toro. El abreplaza humilló desde los lances de recibo y no tuvo ninguna mala intención a pesar de la horrible lidia que le fue dada. Cuando el matador se dispuso a torear de manera insegura y en los terrenos equivocados, el toro se metió por dentro dos veces y la excusa fue inmejorable: "Me estaba esperando detrás de la mata". De chiste.

El suelto cuarto no tuvo ni un pase, pero Uceda ni se justificó ante él, dejando patente una falta de voluntad alarmante y que hace pensar en las oportunidades que pierden toreros jóvenes en tardes como hoy. Quizá haya llegado la hora de darse un descanso.

El primer toro de la temporada personal de Francisco Marco llegó hoy y fue el segundo de la tarde. Exigió mucho mando y salió siempre por arriba, pero ofreció franqueza y humillación. Las boyantes embestidas del astado se fueron diluyendo a medida que su matador pegaba tirones y no terminaba de encontrar el sitio. Qué le vamos a pedir con el bagaje que trae.

Hizo buena pelea en el caballo el quinto, que ya desde el principio se quedaba muy corto y no terminaba de pasar. En la muleta topó en lugar de embestir y demostró poder y agilidad de cuello, siempre ofensivo. Un duro de patas que pidió el carné. Un TORO con todas las letras cuya muerte fue muy cara.

Nula pureza en la suerte de matar de Paulita, algo poco habitual
En un quite al segundo por dos chicuelinas y una excepcional media dejó claras sus intenciones Paulita. De lío fue el tercero de haber tenido más fondo: tuvo clase, nobleza, recorrido y fue un humillador constante. No terminó de entender al toro el maño, con lo que la falta de acople resultó en silencio, al igual que el resto de la tarde. Un asesinato con dos puyazos traseros, prolongados y duros al sexto nos privaron de ver en muleta la bravura que demostró empujando al caballo con los riñones y la cara abajo.


(Imágenes: @javitaurino)



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