Mala, pésima corrida de Alcurrucén, con toros muy variados: unos malos por nobles y sosos y otros por embestidas de corto recorrido y en constante busca de los tobillos, pero todos malos. No ayudó la presentación de los astados que enviaron los hermanos Lozano, pasable en conjunto pero muy floja en algunos casos concretos, como el del que abrió plaza. En detrimento de la verdad expuesta sobre el ruedo, brillaron por su ausencia las puntas de los pitones, que llevaron a imágenes como la que pueden ver a la derecha.
Volvió a sorprender Madrid con apéndices muy baratas y poco propias de su categoría. Julián López "El Juli" cortó una oreja por una faena de pobre estilo, continuamente agachado y retorcido ante un oponente noble, soso y sin ninguna transmisión. Un toreo de cercanías ante el manso desfondado y una estocada entera en una suerte horripilante le valieron para que aparecieran cuatro pañuelos, suficientes para el presidente, que empleó también el suyo. Se mantuvo tan retorcido y antiestético en el cuarto, otro toro flojo que humillo y pasó sin decir nada. Como nota queda decir que Álvaro Núñez Benjumea, ganadero de Núñez del Cuvillo, empleó las redes sociales para decir "El mal rato que están pasando algunos por ver embestir un toro con clase y a Juli arrastrarle los vuelos...". Pues eso, ya ni el criador de toro bravo defiende el toro bravo.
Así mata a los toros El Juli |
El segundo toro de la tarde careció de fuerza y fue muy bronco, aunque dio a Fandiño tiempo para demostrar que la de hoy no era su tarde.
Frío Alejandro Talavante, que desaprovechó un tercero con tranco y prontitud para sobreponerse, más tarde, al complicado sexto, que siempre se volvió sobre las manos buscando hacer presa, y revelando con las miradas a su matador que no le importaba quién fuera la víctima. Persiste el problema con la espada del extremeño.
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