Hasta aquí llegó San Isidro 2014. Hoy, 6 de Junio,
Miura cerró la feria con una corrida buena a la par que alejada de su idiosincrasia. En cuanto a la presentación, el sexteto fue muy parejo, de hechuras que dieron motivos para embestir a sus poseedores, muy serios por delante, destacando unos pitones astifinos y muy abiertos. Los ganaderos hicieron una corrida sin exageraciones: no hubo toros montados o pasados de peso, a pesar de los altos números que la báscula había dado previamente. En cuanto al comportamiento, vimos toros con gran calidad pero menor "peligro" (sin malinterpretaciones, porque peligro hay siempre) del que esperábamos.
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Hemorragia del abreplaza |
Masacró al abreplaza en el caballo
Rafaelillo. La hemorragia de Ahumadito se extendió de inmediato hasta las pezuñas de ambas manos, en un síntoma de duro puyazo que se confirmó simplemente viendo la rabia con que su picador le infirió la herida. Esto ya es costumbre en un Rafaelillo que, ya en su tercio de muleta, se vio sin opción dado el poco fondo y fuerza remanentes del oponente. No se preocupen, por si acaso le hubiera quedado algo al toro, los doblones iniciales acabaron por fundirlo. Objetivo conseguido.
El cuarto fue otra historia. El brillante tercio de banderillas protagonizado por la cuadrilla del murciano precedió a un inicio de faena agachado, antiestético y frío que aburrió a un toro inicialmente humillador, entregado y boyante. El año que viene cuatro tardes para Rafaelillo.
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Zahonero empujando en el caballo de F. Sánchez |
Unos de los toros de la feria fue lidiado en segundo lugar por
Javier Castaño. El favor que nos hizo luciendo al toro en varas, permitiendo tres arrancadas, a cada cual más alejada del caballo fue compensado con el destemple y el abuso de la periferia una vez se quedó solo con el toro. Se le fue, al igual que Tomillero se le fue hace unos días a Luis Bolívar, un bravo alegre hasta el infinito con gran transmisión y aún mayor duración. Ambos tercios de banderillas, el de este 'Zahonero' y el del sexto tuvieron por protagonistas, como siempre, a David Adalid y Fernando Sánchez, siendo los pares del segundo más lucidos y verdaderos que los que puso el primero, siempre a toro pasado.
El quinto impresionó a su salida por la puerta de chiqueros, allá donde había pasado buena parte del día desde el apartado, por cierto, a reventar. Sus magníficas hechuras recordaron a las imágenes que todos hemos visto de los toros de antaño, de allá por el siglo XIX, época en la cual Miura tiene su origen. Fue, para desánimo de todos, un inválido que volvió al corral. El sobrero, de
Fidel San Román (procedencia Marqués de Villamarta), no se entregó y pasó sin pena ni gloria.
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Serafín Marín al natural (Imagen de Aplausos) |
Disposición de
Serafín Marín ante el noble y enclasado tercero, que embistió a cámara lenta. El catalán acusó la falta de bagaje y tardó media faena en acoplarse al toro y percatarse de estar toreando en Madrid. Una vez se asentó, pegó varios naturales sueltos de buen trazo, profundidad y mano baja de esos que "paran el tiempo" si los hace algún "mago" de los que andan sueltos. La predispuesta plaza no lo vio. Lástima que este toro no saliera sexto y, consecuentemente, se encontrara con un Serafín tan verde (estamos hablando de dos corridas en 2013). Cerró plaza un deslucido que no dio opción, afectado por el desastroso tercio de varas de puyazos traseros. Lo próximo será poner una marca en la cruz del toro para orientar a los del castoreño.
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