José Garrido ilusiona a los aficionados. El poder en su
muleta, la torería en sus andares y el arte que derrochan sus ceñidos muletazos
hacen pensar que el futuro puede residir en él. José no se descentra. Mantiene
la cabeza en sus próximos compromisos, con la inteligencia y la madurez propias
de un joven torero con una destacable trayectoria.
Garrido me atiende antes de marchar al campo. De coger el
coche y huir de sus miedos. Del miedo que le produce el compromiso de Bilbao,
el toro que sale allí y el posible fracaso en Vista Alegre. Sabe de la
importancia de una buena mentalización, de la necesidad de una preparación
psicológica fuerte. Y se reúne consigo mismo en el campo para preparar lo que
califica "un puerto de montaña".
Se acerca Bilbao...
¿Con qué mentalidad llegas a Bilbao, sabiendo el sabor que dejaste el año
pasado en la ciudad?
Sobre todo como una fecha que para mí es un puerto de
montaña en la temporada, por lo que significa Bilbao y hacer el paseíllo en su
plaza. Ya lo he hecho como novillero, y quiero que mi presentación como matador
de toros sea algo grandioso.
En estos compromisos
importantes, ¿qué temes más, el toro o el fracaso?
Al toro siempre se le tiene respeto y ese cierto miedo
porque te coge el toro y... Pero ahora mismo, con las ideas que tengo, dado el
sitio en el que me quiero posicionar, le tengo bastante más miedo al fracaso
que al toro.
¿Qué sería fracasar
en Bilbao?
Te diría lo que sería triunfar. Triunfar sería hacer
realidad todos los sueños que llevo teniendo desde el día en que me anuncié
hasta ahora, e incluso me gustaría superarlos.
¿Se te agolpan los
recuerdos de la mañana del año pasado?
Claro, eso siempre estará presente. Cada vez que piense en
Bilbao, esa mañana estará en mi cabeza. Pero ahora va a salir el toro, y ya en
ese escalafón superior que te exige más compromiso aún que de novillero.
¿Piensas que después
de esa encerrona habrías merecido otra tarde en Bilbao?
Hombre... Dos tardes en Bilbao son palabras mayores. Yo
estoy agradecido por esa tarde en la que estoy anunciado. Ojalá en algún
momento de mi carrera me vea anunciado dos tardes en Bilbao. Para mí será de
las cosas más grandes que me puedan pasar.
Esta temporada te ha
costado bastante entrar en los carteles. ¿Por qué crees que ha sido tan difícil
conseguirlo?
Esos primeros meses, cuando están empezando las ferias y
todavía no están despuntando toreros en las principales ferias, es costoso
entrar porque las ferias están muy reducidas y muchos toreros merecen esos
puestos. Es complicado hacerse hueco en los carteles, y para entrar en ferias
de relumbrón todavía más. El principio de temporada ha sido bueno y voy a tener
una temporada muy bonita. Ojalá sea redonda.
En una entrevista
reciente afirmaste que "eso de que si triunfas toreas es mentira".
¿De quién es la culpa?
No sé de quién será la culpa concretamente. Es cierto que si
charlas con toreros de épocas pasadas decían que un triunfo valía mucho más que
ahora. Pero esto está así y hay que aprovecharlo tal y como está.
Vienes de triunfar en
Gijón con una corrida de Adolfo Martín. Va a ser mentira eso de que el encaste
minoritario es minoritario porque no embiste.
Adolfo Martín es una ganadería que me ha proporcionado un
triunfo, Zalduendo otra... Tipos de toros diferentes pero que embisten. Me da
igual matar un encaste que otro, siempre que den opciones de triunfar. Las ganaderías
con las que me he anunciado eran aptas para ello.
Los toreros que más
arriba están en el escalafón no parecen apostar por la variedad de encastes.
¿Crees que deberían abrir el cartel de ganaderías?
Tampoco lo veo así, porque Miguel Ángel Perera es figurón
del toreo y toreamos juntos en Gijón la de Adolfo. Talavante el otro día echó
un toro de La Quinta. Quizá no están en todas las ferias anunciados, pero también
entran otros toreros. Cada uno tiene unas ideas y una filosofía, pero depende
de la persona más que del hecho de ser figura del toreo.
¿Puede la afición
contar con el compromiso de José Garrido para matar toros de distintos encastes
aun si algún día se consagrara como figura del toreo?
De hecho, uno de los toros que más a gusto he toreado este
año ha sido uno de Adolfo Martín en Gijón, así que por supuesto que estaría en
corridas de distintos encastes.
¿Crees que habría que
rebajar la pureza, permitiendo afeitado de pitones o suprimiendo la muerte,
para garantizar un futuro a la fiesta?
Hombre, lo de arreglar los pitones por supuesto que no,
porque esas son las defensas, el arma del toro. Es como si la espada tuviese
una goma delante. No, profundamente no. En cuanto a suprimir la muerte del
toro, en ese caso, tendría que salir con fundas o sin pitones, ¿no?, porque no
vamos a dejar que pueda darse la muerte del torero. La emoción del espectáculo
es un enfrentamiento entre el toro y el torero. Quitando la muerte la fiesta
perdería todo el embrujo, el encanto. Es el final de una obra, y la obra se
finaliza cuando el autor firma. Si un torero no firma la muerte de un toro
queda la obra inacabada.
Rota la relación
profesional con Antonio Ferrera, ¿qué te aporta personalmente el Tato?
Principalmente, él tiene ilusión y ganas de trabajar, porque
sin ellas no se mueve uno de su casa. En segundo lugar, tiene confianza en
nosotros y ganas de llevar hacia delante un proyecto que él ha empezado. En lo
que me respecta a mí, entre nosotros hay unión y compartimos ganas de llegar
muy lejos.
Has dicho muchas
veces que al ser apoderado por el Tato eres independiente. ¿Significa eso que
estáis fuera del sistema?
No podemos estar fuera del sistema porque no estaríamos
aquí. En lo que respecta a si Raúl está unido a alguna empresa, no, porque no
lleva ninguna plaza ni trabaja a nivel empresarial. Solamente se dedica al
apoderamiento de dos toreros.
Has hablado muchas
veces de la inspiración de Paco Ojeda y Manzanares. ¿Qué aporta a tu
tauromaquia cada uno de ellos?
No sabría decirlo en bases técnicas, pero son los primeros
toreros a los que viendo en vídeo me llenaron y emocionaron de una manera en
que no lo había hecho ningún torero.
¿Te quedarías con el
estoque de Paco Ojeda y la estética de Manzanares?
Me quedaría con el embroque y el empaque de Ojeda y la
personalidad, la gracia y el duende de Manzanares.
Y en esa síntesis,
¿qué quiere aportar Garrido?
Ante todo mi personalidad, que es lo que más marca a un
torero. Quiero calar en el aficionado y que se pueda emocionar de la manera en
que todos los toreros buscamos.
Desgraciadamente la
política es un tema de actualidad, porque estamos acosados por nuevas fuerzas
que arremeten contra la tauromaquia. ¿Qué te dice este ataque?
Es un tema meramente político, porque estoy seguro de que
ninguna de las personas que atacan el mundo del toro han sido capaces de coger
el coche, ir a una ganadería y ver realmente cómo vive el toro bravo, los
cuidados que tiene y la manera en que se le trata. Creo que es algo hipócrita
por su parte. Ellos sabrán su mentalidad, pero la prohibición es lo último por
salvar al toro bravo.
¿Cuándo llegará la
reacción definitiva del sector?
Creo que ya ha llegado. Dada la continuidad de los ataques
al mundo del toro, nos estamos movilizando, cada vez son más las precauciones y
nos afectan cada vez menos por las medidas tomadas. Es un proceso lento y cada
uno sabrá llevarlo a su manera.
¿La tauromaquia es de
derechas?
La tauromaquia es de todos. Los habrá de derechas a los que
les guste; los habrá de izquierdas a los que les guste. Pero ahora mismo
interesa atacarla para posicionarse donde ellos quieren. El ataque más fácil y
a priori más a corto plazo es la tauromaquia, pero se van a dar cuenta de que
están equivocados, de que hace falta mucho más para poder con el mundo del
toro.
Parece que ser
antitaurino es una moda.
Siempre los ha habido, pero ahora parece que se han venido
más arriba de la cuenta. Todo irá a su sitio.
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