Y, de hecho, así ocurrió hoy. En Alicante, Daniel Ruiz, echó una corrida muy justa
de trapío para una plaza de segunda, pero adecuada para una ciudad en la que el
toro se la trae, dicho claramente, al fresco. Los alicantinos no protestaron
por la presentación indigna de una plaza que, según el Real Decreto, se enmarca
dentro del segundo nivel posible, demostrando así su indiferencia ante el
trapío del ganado. En Alicante, como en casi toda la Comunidad Valenciana, los
toros más serios se echan a las calles, y así se ven pitones tan descaradamente
afeitados que sustituyen bolas por puntas, hechuras feas y bureles cuesta
arriba, como lo fueron hoy segundo, tercero y sexto respectivamente.
Con el tendido casi lleno sonaron los clarines y timbales a
las siete de la tarde. A las siete en punto de la tarde. Morante, rezumando el olor del puro que fumó en el patio de
cuadrillas, se dispuso a torear a un inválido escaso de fuerza. Tan escaso que,
tras brevísimo trasteo, el de la Puebla decidió darle muerte ante las protestas
de un tendido que, curiosamente, no había pedido la devolución (que se antojaba
necesaria) durante el tercio de varas. Se confesó el matador sin ganas cuando
le presentaron el micrófono de Canal Plus, así que hizo todo cuanto pudo para
revertir la situación ante el cuarto. En pleno descanso de la merienda tomó la
manguera para, bajo inexplicable júbilo de un tendido fiestero y de un público
que busca arte donde nunca lo habrá, regar el empolvado piso. Recibió a su
segundo con variedad pero escaso temple (¿dónde quedó el Morante que se centra
en la verónica, suerte suprema capotera?), y se esmeró para gustarse aun cuando
el astado se paró y el viento incomodó. Dos derechazos y un natural a pies
juntos. Lo demás, vacío. Quédense, si lo prefieren, con el temple del regado,
el gusto al tomar la manguera y la manera de cargar la suerte a la hora de
utilizarla. Si es que ustedes vieron eso.
El lote de la tarde se lo llevó El Juli. A punto estuvo el afeitado segundo de llevárselo por
delante en el primer pase de la faena, pero pensó que su pitón era más largo de
lo que en realidad alcanzaba (producto de la manipulación) y se quedó sin
prenderlo. Comenzó a entregarse y tomar los vuelos de la muleta por abajo.
Cuanto más por abajo, mejor. Pero la mansedumbre acabó por imponerse y, ante un
mentiroso y ventajista Juli, se vino a menos. Arrimones y espantosa impureza al
matar valieron una oreja en el Mediterráneo. Cuando el aleonado quinto apretó
en banderillas ante el lucimiento de un José María Soler que aprovechó para
saludar, rondó Alicante un desagradable olor a indulto, mas dos tandas boyantes
y alegres sirvieron para desfondarlo y convertirlo en una "babosa"
con nula fiereza. El populismo del torero en lopecinas y nuevos arrimones
valieron otra oreja. Y como uno más uno son dos, Puerta Grande al destoreo.
¿Cuántas van ya, Julián?
Bailó con la fea Alejandro
Talavante. Con la fea físicamente, porque su lote fue el de peores
hechuras, y también en términos de comportamiento. Su primero, el tercero de la
tarde, fue un manso noblón con movilidad que careció de casta y de la transmisión
que a ésta se asocia. Aunque por el pitón izquierdo quería desplazarse, las
broncas embestidas por el derecho deslucieron la torería y la frescura de un
improvisador Talavante. En el Este de España, una vez más, esa actuación valió
una oreja. De hecho, también la faena al manso que hizo sexto mereció premio en
Alicante. Hubo en este toro más aspectos a destacar que en el tercero: el
saludo de Juan José Trujillo tras sentidas banderillas, el brindis al público y
la predesiana genuflexa. La visible superioridad del extremeño y la contundente
estocada le otorgaron la posibilidad de, como ya se ha dicho, llevarse otra
'peluda' y abrir la Puerta Grande. La, dicho sea de paso, rápida y superflua
Puerta Grande.
Alicante, 23 de Junio de 2015. Casi lleno en tarde nublada.
Seis toros de Daniel Ruiz: primero acapachado y muy afeitado; segundo muy bajo
de agujas y de escasa presencia; tercero aleonado; cuarto serio y de trapío
adecuado; quinto agradable de cara, lavado y sexto cuesta arriba y afeitado:
Morante de la Puebla (negro
y azabache, en honor al fallecido José María Manzanares): División y ovación
con saludos.
Julián López "El Juli" (nazareno y oro): Oreja y oreja.
Alejandro Talavante (azul marino y oro): Oreja y oreja.
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