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miércoles, julio 09, 2014

Ganaron los protagonistas

Superado el encierro que, siguiendo la tradición, se celebró esta mañana por las calles de Pamplona, llegaron las seis y media de la tarde y rompió el paseíllo en la Monumental de Pamplona. Padilla en la izquierda, Fandiño en la derecha y Del Álamo entre ambos siguiendo la jerarquía que lo marca todo en el mundo del toro: los años de alternativa. Toros de Victoriano del Río en el cartel.

Buena corrida en líneas generales la de Victoriano. Impecable presentación de los seis ejemplares teniendo en cuenta la plaza para la que estaban destinados, nos imaginamos, desde hace bastantes meses. Astifinos y con imponentes cornamentas, tan solo cuarto y quinto bajaron el listón aun siendo auténticos toros dignos de cualquier coso de primera. En cuanto al comportamiento, ningún toro fue redondo pero toros tuvieron sus teclas y, en varios casos, quedaron por encima del matador correspondiente. Ganó el protagonista de esta feria: el TORO.

A Juan José Padilla, sin ir más lejos, le desbordó la calidad del toro de la merienda. Sin opciones ante su primero lesionado, el noble cuarto fue a más, humilló y dejó al gaditano abandonarse para hacer un toreo de galería. Le faltó torería a un Padilla que nunca se encontró cómodo, no supo hallar el temple que la faena necesitaba para tomar vuelo y, en consecuencia, no tocó pelo. Fallos habituales y que, para qué engañarnos, a nadie sorprenden. Pero cuidado, no digáis nada malo sobre el Ciclón, no vaya a ser que os ataquen por "restarle méritos"... Si criticar desprestigiara, no podríamos exigir a ningún torero, porque todos tienen un mérito digno de cualquier superhéroe. Pero como con Padilla toca callar y admirar, pues nada, a tragar.

Tampoco anduvo entonado ante su primero Iván Fandiño. De mejores inicios que finales, tuvo una embestida muy irregular y el vasco no se acopló, quedando el toro por encima durante toda la faena. Una estremecedora voltereta al entrar a matar (por segunda vez, todo sea dicho) le valió una oreja.

Iván Fandiño abrió la Puerta del Encierro
Y si en su primera aparición logró trofeo, el de su segunda fue doble. Dos orejas a una faena con mucho mando y en la que tiró de un noble que transmitió y humilló con recorrido. Faltó, desde el punto de vista de quien escribe, temple. Una faena de tirones y acelerones que dejó fríos a muchos y cuyo premio fue excesivo para otros tantos. La vuelta al ruedo al toro a pesar de su escaso juego en varas fue también protestada por cierto sector del tendido.

Actuación seria, firme y con matices del salmantino Juan Del Álamo en su sexto paseíllo europeo en lo que va de temporada. En ocasiones, la pureza que atesora pierde eco entre la afición por ciertos modos antinaturales, pero su concepto clásico es indudable y quedó demostrado hoy con sus dificultades para llevar a cabo esa tauromaquia que le gusta al público de Pamplona, siempre populista y, en su mayoría, poco serio. Buenas noticias que sepa torear y no tenga tanta facilidad con los decoros: justo al contrario que otros matadores del plantel, uno de ellos en este mismo cartel.

Las dos faenas del salmantino contaron con soberbios inicios (a diferencia por ejemplo del destemplado inicio de Fandiño al quinto), naturales y rebosantes de temple, pero fueron a menos cuando cayó, como ya hemos explicado, en el populismo pamplonica.

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