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lunes, julio 07, 2014

Sin historia

Lleno total para la corrida de hoy (Imagen: @javitaurino)
 
Atrás quedan la novillada que inauguró la feria de Pamplona y la posterior corrida de rejones. Hoy, los de Torrestrella dieron por oficial el comienzo de las corridas de toros que se celebran anualmente en honor a San Fermín, co-patrón de la capital Navarra junto con San Francisco Javier.

Poca historia en el aspecto ganadero y, como todos sabemos, el toro es el eje de la fiesta sin el cual el espectáculo pierde su esencia. En su conjunto, la corrida estuvo bien presentada, excesivamente rematada en algunos casos y en la línea roja en otros, como el del cuarto, que llegó hoy mismo procedente de la finca para sustituir a otro astado lesionado ayer en el encierrillo. El ganadero afirmó en los micrófonos de Canal + que "el sexto tenía demasiados pitones" y que "hay toros de los que te dicen que tiene mucha cara, pero aquí hay que traerlos así". Ya ven cómo está esto.

Correcto en sus formas Antonio Ferrera ante el primero, un manso con recorrido justo que venía muy vencido por el pitón derecho. Acusó mucho el horrible puyazo que se le pegó tres palmos más allá de la cruz. El cuartó apuntó maneras por el motor y empuje con que embistió en los primeros lances de muleta, pero se vino a menos ante la impotencia de su matador que se pasó de faena en su afán, comprensible por otra parte, de justificarse.

No humilló el apagado segundo, correspondiente a Miguel Abellán. Un inicio de rodillas metió al público en la faena, si bien las condiciones del toro, afectado por un horrible puyazo bajo, no permitieron que tomara vuelo. Al entrar a matar al débil, un mal apoyo del diestro madrileño le terminó de romper, presuntamente, el aductor de la pierna derecha. Al micrófono de Canal + dijo llegar con el músculo fastidiado. ¿Es torero ir con problemas físicos a Pamplona o lo habría sido más decir que no para dejar esa oportunidad a otra persona en plenas facultades? Juzguen ustedes.

Desplante de Miguel Abellán (Imagen: @javitaurino)
Previo paso por la enfermería, Miguel Abellán salió infiltrado a matar al quinto. La cojera y los "no puedo" que repetía para sí mismo ya en la cara del toro hacían presagiar una faena breve, pero el astado, de buen tranco y clase infinitas, repitió con prontitud y dejó cómodo a un Abellán que lo entendió y no le bajó la mano. Cuando por fin lo hizo, el toro protestó y no la quiso tomar. Un desplante y una ostensible cojera contribuyeron al espectáculo para que el presidente, hoy 7 de Julio el mismo alcalde de Pamplona, sacara un pañuelo blanco. El listón de Pamplona.

Daniel Luque no dijo nada ante un tercero rebrincado que acusó la falta de fuerza desde el principio. El sevillano utilizó su amplio repertorio para tapar virtudes del oponente y se quitó el marrón, cual jugador de la patata caliente. Total, que al toro le explotó en la cara.

Se le fue el sexto en una faena de pegapasista profesional de la que tan solo fueron destacables varios naturales y un desdén. Necesitó cinco tandas llenas de adornos vacíos para ver al noble, almibarado, enclasado y dulce.

En el conjunto de la tarde, de destacar fueron las seis estocadas. Bravo por los matadores en ese sentido.

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