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lunes, mayo 20, 2013

Voluntad sin madurar

Justo al término de la duodécima del abono de San Isidro 2013 alcanzábamos el ecuador de esta misma Feria, la más importante del mundo para la gran mayoría. Y lo hemos hecho con una tarde muy variada en todos sus aspectos: los novilleros, aunque verdes, han demostrado distintos aires en sus toros, éstos tan sólo han coincidido en una característica, dos a lo sumo, que luego repasaremos y, en cuanto a lo meteorológico, hemos vivido cuatro estaciones en dos horas.

En líneas generales, dos toreros han dejado pasar el tren hoy en el coso Venteño: el mayor de todos, Álvaro Sanlúcar, y el menor, César Valencia. A pesar de todo, los tres han presentado hoy una disposición irreprochable. Los toros han sido de poca humillación y nobleza, con el primero y el último como excepciones que confirman la regla de esta última característica. No obstante, se puede decir que la corrida de Nazario Ibáñez ha sido buena y ha dado juego.

Álvaro Sanlúcar, el mayor de los tres espadas, ha dejado pasar una oportunidad muy importante para dar un salto a su carrera como novillero. En su primero, el abreplaza 'Fundadas', se ha visto sin opciones. Pero en su segundo se ha enfrentado a un bondadoso, noble y enclasado ejemplar de la ganadería murciana que se han marchado con dos orejas de más. Siempre templado y con la mano baja pero al hilo, el gaditano ha firmado una faena de más a menos.

También ha podido cortar las dos orejas, al menos por las condiciones de su adversario, César Valencia. Poco del venezolano en su primero ante un manso pero enrazado con empuje que ha repetido en la muleta con la cara más abajo que sus hermanos. Muy perdido en todo momento, el que estudiara en Madrid se ha colocado continuamente fuera de cacho.

El broche a la frustración que supone que buenos toros se marchen con sus dos orejas lo ha puesto Gonzalo Caballero. El que a priori era el más sonado de los tres se ha mostrado muy firme en sus dos actuaciones. Aunque algo falto de técnica, habría cortado un trofeo de cada uno de sus novillos de no ser por los siempre complicados hierros. ¡Ay, dichosa espada! Hoy volvió a aguar la fiesta a un torero. Un detalle muy positivo del diestro madrileño es que parece conocedor de sus defectos. Sabe que le falta torería, pero lo arregla con valor y planta.

Además de los futuros matadores de toros, tres toreros de plata han brillado hoy: los hermanos Otero, Ángel y José, pertenecientes a la cuadrilla de César Valencia, y 'Lipi', banderillero de Gonzalo Caballero. Quédense con estos nombres porque una ovación del respetable madrileño no es una ovación cualquiera. Cierro con ficha y, como siempre, muchas gracias:

6 novillos de Nazario Ibáñez, fantásticamente presentados y de buen juego salvo el primero y el último, para:
Álvaro Sanlúcar (turquesa y oro): Silencio en ambos.
Gonzalo Caballero (azul celeste y oro): Ovación con saludos en ambos.
César Valencia (gris perla y azabache): Silencio en ambos.

Iñigo Martín Apoita

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