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jueves, agosto 27, 2015

Entrevista a José Garrido

José Garrido ilusiona a los aficionados. El poder en su muleta, la torería en sus andares y el arte que derrochan sus ceñidos muletazos hacen pensar que el futuro puede residir en él. José no se descentra. Mantiene la cabeza en sus próximos compromisos, con la inteligencia y la madurez propias de un joven torero con una destacable trayectoria.
Garrido me atiende antes de marchar al campo. De coger el coche y huir de sus miedos. Del miedo que le produce el compromiso de Bilbao, el toro que sale allí y el posible fracaso en Vista Alegre. Sabe de la importancia de una buena mentalización, de la necesidad de una preparación psicológica fuerte. Y se reúne consigo mismo en el campo para preparar lo que califica "un puerto de montaña".
Se acerca Bilbao... ¿Con qué mentalidad llegas a Bilbao, sabiendo el sabor que dejaste el año pasado en la ciudad?
Sobre todo como una fecha que para mí es un puerto de montaña en la temporada, por lo que significa Bilbao y hacer el paseíllo en su plaza. Ya lo he hecho como novillero, y quiero que mi presentación como matador de toros sea algo grandioso.
En estos compromisos importantes, ¿qué temes más, el toro o el fracaso?
Al toro siempre se le tiene respeto y ese cierto miedo porque te coge el toro y... Pero ahora mismo, con las ideas que tengo, dado el sitio en el que me quiero posicionar, le tengo bastante más miedo al fracaso que al toro.
¿Qué sería fracasar en Bilbao?
Te diría lo que sería triunfar. Triunfar sería hacer realidad todos los sueños que llevo teniendo desde el día en que me anuncié hasta ahora, e incluso me gustaría superarlos.
¿Se te agolpan los recuerdos de la mañana del año pasado?
Claro, eso siempre estará presente. Cada vez que piense en Bilbao, esa mañana estará en mi cabeza. Pero ahora va a salir el toro, y ya en ese escalafón superior que te exige más compromiso aún que de novillero.
¿Piensas que después de esa encerrona habrías merecido otra tarde en Bilbao?
Hombre... Dos tardes en Bilbao son palabras mayores. Yo estoy agradecido por esa tarde en la que estoy anunciado. Ojalá en algún momento de mi carrera me vea anunciado dos tardes en Bilbao. Para mí será de las cosas más grandes que me puedan pasar.
Esta temporada te ha costado bastante entrar en los carteles. ¿Por qué crees que ha sido tan difícil conseguirlo?
Esos primeros meses, cuando están empezando las ferias y todavía no están despuntando toreros en las principales ferias, es costoso entrar porque las ferias están muy reducidas y muchos toreros merecen esos puestos. Es complicado hacerse hueco en los carteles, y para entrar en ferias de relumbrón todavía más. El principio de temporada ha sido bueno y voy a tener una temporada muy bonita. Ojalá sea redonda.
En una entrevista reciente afirmaste que "eso de que si triunfas toreas es mentira". ¿De quién es la culpa?
No sé de quién será la culpa concretamente. Es cierto que si charlas con toreros de épocas pasadas decían que un triunfo valía mucho más que ahora. Pero esto está así y hay que aprovecharlo tal y como está.
Vienes de triunfar en Gijón con una corrida de Adolfo Martín. Va a ser mentira eso de que el encaste minoritario es minoritario porque no embiste.
Adolfo Martín es una ganadería que me ha proporcionado un triunfo, Zalduendo otra... Tipos de toros diferentes pero que embisten. Me da igual matar un encaste que otro, siempre que den opciones de triunfar. Las ganaderías con las que me he anunciado eran aptas para ello.
Los toreros que más arriba están en el escalafón no parecen apostar por la variedad de encastes. ¿Crees que deberían abrir el cartel de ganaderías?
Tampoco lo veo así, porque Miguel Ángel Perera es figurón del toreo y toreamos juntos en Gijón la de Adolfo. Talavante el otro día echó un toro de La Quinta. Quizá no están en todas las ferias anunciados, pero también entran otros toreros. Cada uno tiene unas ideas y una filosofía, pero depende de la persona más que del hecho de ser figura del toreo.
¿Puede la afición contar con el compromiso de José Garrido para matar toros de distintos encastes aun si algún día se consagrara como figura del toreo?
De hecho, uno de los toros que más a gusto he toreado este año ha sido uno de Adolfo Martín en Gijón, así que por supuesto que estaría en corridas de distintos encastes.
¿Crees que habría que rebajar la pureza, permitiendo afeitado de pitones o suprimiendo la muerte, para garantizar un futuro a la fiesta?
Hombre, lo de arreglar los pitones por supuesto que no, porque esas son las defensas, el arma del toro. Es como si la espada tuviese una goma delante. No, profundamente no. En cuanto a suprimir la muerte del toro, en ese caso, tendría que salir con fundas o sin pitones, ¿no?, porque no vamos a dejar que pueda darse la muerte del torero. La emoción del espectáculo es un enfrentamiento entre el toro y el torero. Quitando la muerte la fiesta perdería todo el embrujo, el encanto. Es el final de una obra, y la obra se finaliza cuando el autor firma. Si un torero no firma la muerte de un toro queda la obra inacabada.
Rota la relación profesional con Antonio Ferrera, ¿qué te aporta personalmente el Tato?
Principalmente, él tiene ilusión y ganas de trabajar, porque sin ellas no se mueve uno de su casa. En segundo lugar, tiene confianza en nosotros y ganas de llevar hacia delante un proyecto que él ha empezado. En lo que me respecta a mí, entre nosotros hay unión y compartimos ganas de llegar muy lejos.
Has dicho muchas veces que al ser apoderado por el Tato eres independiente. ¿Significa eso que estáis fuera del sistema?
No podemos estar fuera del sistema porque no estaríamos aquí. En lo que respecta a si Raúl está unido a alguna empresa, no, porque no lleva ninguna plaza ni trabaja a nivel empresarial. Solamente se dedica al apoderamiento de dos toreros.
Has hablado muchas veces de la inspiración de Paco Ojeda y Manzanares. ¿Qué aporta a tu tauromaquia cada uno de ellos?
No sabría decirlo en bases técnicas, pero son los primeros toreros a los que viendo en vídeo me llenaron y emocionaron de una manera en que no lo había hecho ningún torero.
¿Te quedarías con el estoque de Paco Ojeda y la estética de Manzanares?
Me quedaría con el embroque y el empaque de Ojeda y la personalidad, la gracia y el duende de Manzanares.
Y en esa síntesis, ¿qué quiere aportar Garrido?
Ante todo mi personalidad, que es lo que más marca a un torero. Quiero calar en el aficionado y que se pueda emocionar de la manera en que todos los toreros buscamos.
Desgraciadamente la política es un tema de actualidad, porque estamos acosados por nuevas fuerzas que arremeten contra la tauromaquia. ¿Qué te dice este ataque?
Es un tema meramente político, porque estoy seguro de que ninguna de las personas que atacan el mundo del toro han sido capaces de coger el coche, ir a una ganadería y ver realmente cómo vive el toro bravo, los cuidados que tiene y la manera en que se le trata. Creo que es algo hipócrita por su parte. Ellos sabrán su mentalidad, pero la prohibición es lo último por salvar al toro bravo.
¿Cuándo llegará la reacción definitiva del sector?
Creo que ya ha llegado. Dada la continuidad de los ataques al mundo del toro, nos estamos movilizando, cada vez son más las precauciones y nos afectan cada vez menos por las medidas tomadas. Es un proceso lento y cada uno sabrá llevarlo a su manera.
¿La tauromaquia es de derechas?
La tauromaquia es de todos. Los habrá de derechas a los que les guste; los habrá de izquierdas a los que les guste. Pero ahora mismo interesa atacarla para posicionarse donde ellos quieren. El ataque más fácil y a priori más a corto plazo es la tauromaquia, pero se van a dar cuenta de que están equivocados, de que hace falta mucho más para poder con el mundo del toro.
Parece que ser antitaurino es una moda.

Siempre los ha habido, pero ahora parece que se han venido más arriba de la cuenta. Todo irá a su sitio.

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